jueves, 10 de abril de 2008

LAICISMO

El laicismo ha existido desde que fue acuñado este término por el clero desde el siglo primero por Clemente Romano, para referirse a las personas tanto hombres como mujeres, que no tenían órdenes clericales pero eran parte de la iglesia। Sin embargo, en la edad media fueron relegados a niveles inferiores puesto que eran calificados como iletrados e idiotas por el clero, ya que el conocimiento de la lectura y escritura estaba relegado solo a las personas que pertenecían a alguna orden religiosa y algunos nobles de altas jerarquías y adicionalmente, las mujeres no eran consideradas seres humanos sino fuente del pecado। Eran pues, los religiosos, quienes tenían la información y quienes la manejaban a su antojo para mantener el rebaño en control absoluto, incluso los poderes temporales del estado se subordinaban al poder absoluto que ejercía la iglesia católica en cabeza del papa y sus obispos. Esto afortunadamente fue cambiando, ya que el vulgo se fue instruyendo en las artes y ciencias, aprendiendo a leer y a escribir, fueron copiados libros y masificados por la imprenta, incluso aquellos prohibidos por el clero romano, permitiendo el surgimiento de una nueva clase de laicos, aquellos que se cuestionaban todo y querían encontrar la verdad a través del conocimiento, apareciendo diferentes corrientes y estilos artísticos en pintura, escultura y escritura, por medio de los cuales se podían comunicar corrientes filosóficas de pensamiento diferentes para la época y liberándose del yugo eclesiástico, a partir de las ideas griegas que lograron terminar el estado teocrático en una democracia en donde la sociedad se pregunta a si misma para darse su propio sentido. Esto se hizo mas patente cuando Felipe IV de Francia separó su estado de la influencia papal, afirmando que “en asuntos terrenales no estamos sujetos a nadie”, lo que condujo finalmente a la laicización del poder civil.

Este proceso, iniciado en los siglos XIII y XIV, se fue intensificando progresivamente con una separación de la iglesia católica hasta lograr una autonomía e independencia de las realidades humanas; que se vigorizó con la presencia de personajes como Copérnico, Galileo, Nicolás de Cusa, incluso Maquiavelo. Todo este esfuerzo de la sociedad burguesa y de algunos nobles que comprendían el tema permitieron al hombre común a conocerse a sí mismo, como un ser que se puede perfeccionar a través del estudio, la inteligencia y el conocimiento, lo que se convierte en el fundamento de la doctrina laica. Los grandes pensadores empiezan a tener influencia sobre el pensamiento de la sociedad naciente en conceptos de libertad, fraternidad, igualdad y democracia, lo que permite que el individuo sea el objeto del estado y a su vez el estado el centro del individuo. La racionalidad que aporta el laicismo naciente tiene la capacidad de generar esperanza. Ésta, según Ignasi Boada, está relacionada con “la búsqueda de la paz universal frente a la violencia; la búsqueda de la verdad frente a la superstición y la búsqueda de la libertad y la responsabilidad individual”.

En Colombia este proceso de laicización se inicia durante el fenómeno de Independencia, con la traducción de los derechos del hombre y la proliferación de su lectura entre la sociedad joven de este país, la mayoría letrados y científicos educados en Europa, especialmente en Francia, quienes se cuestionan sobre la autoridad ejercida por el Rey y la iglesia. Sin embargo, luego de haberse logrado la independencia completa, solo el Estado Soberano de Santander logra realizar una constitución eminentemente laica; durante su creación, se logra realizar una separación completa del poder temporal del estado de la influencia de la iglesia católica; religión no predominante sino única en este país en ese momento. Pero el poder central de la recién creada república impidió que este tipo de federalismo prosperara y terminó siendo apagada la llama laica, parcialmente, por la constitución de 1885, en donde se veía claramente la influencia de la religión católica en su desarrollo y apareciendo dicha religión como oficial del estado colombiano, por lo que se volvió obligatorio en la escuela pública recibir la cátedra de religión de manera obligatoria y se fue creando el rebaño de jóvenes colombianos de finales del siglo XIX y principios del XX con esta rígida mentalidad; sin embargo, algunos de estos jóvenes, sobre todo aquellos que podían tener acceso a literatura “prohibida”, empezaron a cuestionar ese poder absoluto que les tenían y realizaron un primer movimiento laico de hombres de pensamiento libre, que desde el siglo XIX venía formándose, a través de la masonería principalmente. Además, y desde ese entonces, la mujer empezó a tener un papel importante en el nuevo desarrollo del pensamiento liberal, ya que ellas eran las que mayor discriminación presentaba no solo por la iglesia sino por el estado también, pues fue solo hasta terminando la primera mitad del siglo XX cuando ellas pudieron tener derecho al sufragio y a acceder mas abiertamente a la educación superior, por sus capacidades intelectuales y físicas, demostrando todo el potencial reprimido durante siglos.

En Bucaramanga, Santander, por motivación de la masonería regional, se inició la construcción del Panteón en el Cementerio Universal en 1934, que permitió un entierro digno de las personas no católicas; al inicio de los años 50, Ramiro Blanco Suárez con la colaboración de Alfonso Gómez Gómez, dos personas influyentes en el departamento y muchos otros, llevaron a cabo la creación del Instituto Caldas, un colegio cuyo objetivo era brindar una educación no religiosa y dar cabida a quienes por no ser hijos de católicos les era negada la entrada a los planteles religiosos predominantes, presentando los principios laicos y librepensadores. Con la ayuda de Armando Puyana, quien se había unido al proyecto del colegio, se realizó la creación de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, la cual se estructuró poco tiempo después con los mismos principios de libertad de pensamiento y separación de la influencia religiosa en los asuntos terrenales.

Esto, luego de muchos conflictos civiles, algunos de gran envergadura, permitieron que se pudiera cambiar los principios constitucionales del país por medio de la nueva constitución política en 1991, con fundamento librepensador y de igualdad entre razas y religiones, dando también importancia a los grupos minoritarios del país como al sector indígena y a los afrocolombianos.

Esta constitución le permitió al país a liberarse de la influencia de la iglesia católica en la educación, quitando la obligatoriedad de las cátedras religiosas cristianas católicas en la escuela y permitiendo que personas pertenecientes a otras corrientes religiosas pudieran estudiar en estos planteles. Esto se ha visto un poco alterado con las políticas recientes del gobierno actual, quien pretende volver a institucionalizar la cátedra de religión, específicamente la católica, como obligatoria dentro de las instituciones educativas, sembrando nuevamente y sutilmente la segregación y la discriminación religiosa dentro del alumnado.

Aquí aparece el movimiento laico, como patrocinador de la libertad y la tolerancia dentro de la comunidad civil, ya que es éste el encargado de difundir en la población estos criterios para llegar a construir una sociedad en donde se pueda convivir entre personas de diferentes géneros, credos, razas, filiación política, estados sociales, niveles de escolaridad, nacionalidad, etc।, en donde se de importancia a la opinión particular con objetivos sociales comunes, dejando de lado solo para lo privado la parte espiritual y religiosa.

Para poder conseguir esta sociedad ideal laica, es necesario empezar a sembrar en las mentes en formación estos conceptos de libertad, igualdad y tolerancia; es hacia los niños y jóvenes de nuestra sociedad, quienes están abiertos y sin prejuicios, a donde tenemos que volcar nuestra atención para evitar en ellos la creación de alienaciones mentales y la influencia de adultos limitados y recalcitrantes religiosos y que puedan ver su futuro con una nueva luz, que ilumine sus caminos y les permitan en su generación, crear la sociedad laica ideal, para que puedan vivir en paz, libertad y armonía unos con otros, como una hermandad humana, o sea simplemente habitantes del mundo.

Es por esto y buscando sembrar estos conceptos ideales de igualdad, tolerancia, libertad de pensamiento y democracia, que en Bucaramanga se creó la Fundación ILEC Oriente, la cual se encuentra en la fase de evaluación de proyectos por un lado de beneficio comunitario, de salud, campañas de defensa de los derechos humanos y por otro lado educacionales con el fin de fundar en corto y mediano plazo, instituciones educativas en todos su niveles, que le permita a la población santandereana y de todo Colombia, sin importar la raza, género, filiación política y religiosa, acceder a estos servicios y a una educación media y superior de alta calidad y puedan salir seres humanos libres y en convivencia con la sociedad, que tiendan a construir por sus vivencias y ejemplos una sociedad mejor cada día en un estado eminentemente laico.
कार्लोस एडुँर्दो मेस्त्रे अ।
दिरेक्टोर Ejecutivo

1 comentario:

Fedelibres dijo...

Querido Hermano Carlos:
Me disculpas por no haber hecho antes ningún comentario sobre este bien eleborado blog, pero estaba esperando leerlo por completo, el cntenido es excelente y resume perfectamente nuestro pensamiento sobre estos temas del laicismo que han sido tabú por la manipulaci{on de que han sido objeto por parte de las distnitas religiones, pienso que hay que seguir adelante, recibe un triple abrazo.
Darío Pedraza Habeich